viernes, 8 de enero de 2016

El complejo de Ícaro

Dédalo e Ícaro
Todos conocemos el mito de Ícaro:
a él le dijeron que no volara muy alto porque el calor del sol quemaría sus alas de cera, pero que tampoco volara muy bajo porque la sal del mar dañaría sus alas. Y él, cegado por el orgullo, voló tan alto que sus alas se quemaron y cayó al mar donde murió ahogado.

 Si nos atenemos a la historia principal del mito podríamos pensar que Ícaro lo tenía merecido por no prever las consecuencias de que le salieran mal las cosas en la manera que las estaba haciendo, que Ícaro fue un necio por desobedecer a su padre y un confiado por volar demasiado alto comprendiendo cuáles serían las consecuencias.

Sin embargo nos estaríamos limitando al contexto superficial de la historia; el mito de Ícaro es una parábola y deriva a una enseñanza implícita: nunca te atrevas a desobedecer lo que te ordenen o las consecuencias serán graves.

¿Es acaso este mito el retrato de un personaje confiado y necio, o de un librepensador con ideales revolucionarios? Ícaro comprendía que si volaba demasiado alto moriría y aún así lo hizo. Quizás deseaba ser libre y romper esas barreras que se lo impedían; aunque moriría por desobedecer una orden, volaría más alto que ningún hombre y moriría siendo testigo de su libertad.

El complejo de Ícaro no se trata de ser un necio, sino de volar sin límites y que nadie te impida actuar o pensar a tu manera, se trata de rebelarse como Ícaro para así llegar a lo más alto, que no hayan barreras para expresar el arte y que no hayan límites para nuestra imaginación.




1 comentario:

  1. Me ha encantado enserio, lo he buscado para hacer un trabajo y no me ha podido gustar más lo que he leído, gracias.

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